Crónica Powerade Ion4. Madrid - Lisboa Non Stop.

Aquí tenéis la crónica de esta aventura, de manos de Jacinto Viera, que nos cuenta su experiencia en primera persona.

La Powerade Ion4 Madrid-Lisboa, una prueba de la que se decía que era la prueba Non Stop por relevos más dura y larga del mundo. Bueno, viéndolo así es posible que se hayan colado un poco, pero había que estar ahí para comprobar y sufrirla en el pellejo de cada uno.

La prueba partió de la plaza de toros de Las Rozas (Madrid) siendo Miguel el primer relevista del equipo Frontera Sur. Desde el principio se pudo comprobar que allí se iba a competir y que las paraditas cada 15 o 20 kms a descansar estaban de más porque te ibas rápido a la cola y peligraba entrar fuera de control en los primeros relevos.

Los dos primeros relevos fueron bastante rápidos y no fue hasta el tercero cuando empezó lo realmente duro de la prueba con más de 2000m de desnivel ascendente por camino, algo que dejó muy tocado a nuestro compañero Alberto. También fue muy importante la navegación con el GPS, de hecho era fácil encontrarse con corredores que iban perdidos fuera del track. A estas alturas de la prueba ya nos encontrábamos por encima del puesto 100... prueba del nivel que había. Allí la Lapierre era como un 600 en una concentración de Ferraris.

El siguiente relevo fue para mi y sólo puedo decir que es el mejor rato de mi vida subido encima de la bici. De noche, por carretera, trochas, ríos, piedras, bajadas increíbles... y todo eso a una velocidad media de más de 20km/h (la mayor parte era con desnivel negativo).

Una vez que dejabas la bici, tocaba lo más complicado e importante de la carrera, DESCANSAR. Entre ducharse, dejar la bici decente, comer y preparar las cosas para irse al siguiente punto de relevo no quedaba tiempo para poder echarse y quedarse dormido. De hecho, en todo el fin de semana no habremos llegado a las 6 o 7 horas de sueño. Durante el relevo tampoco podías  parar a recuperar, lo que hizo que a cada relevo las piernas fueran pesando más y más. 

Hasta aquí habíamos sobrellevado todo con más o menos esfuerzo; sin embargo, la carrera guardaba una encerrona en el relevo 7 que le tocó a Alberto. Mientras lo esperábamos en el siguiente punto de hidratación algunos bikers llegaban con la cara descompuesta por la dureza, el calor y la peligrosidad del recorrido. Si este relevo lo hubiéramos tenido que hacer de noche, la retirada hubiera sido segura. Aún así y con muchas dificultades fuimos capaces de llegar hasta el final del relevo y de ahí hasta el final el recorrido fue bastante más favorable para los siguientes compañeros. Tanto Antonio como yo completamos el trabajo del equipo y llegamos a Lisboa justo al despuntar el día. 

El puesto que ocupamos, que al fin y al cabo es lo de menos, fue el 81 de la general, el 30 de nuestra categoría (equipos de 4 componentes). Sentimos no mandaros más fotos de las que colgamos en Twitter pero la velocidad a la que iba la carrera hacía que no pudieras pararte a nada.

Una gran experiencia no sólo por los tramos recorridos sino también por los momentos vividos con el resto de compañeros que, si son buenos bikers, son mucho mejores personas.

En este enlace de marca.com podéis ver una crónica de la prueba.